La Premier League de Ucrania debía haber retomado su actividad tras el tradicional parón de invierno el 25 de febrero. Sin embargo, un día antes comenzó la invasión de Rusia a su país vecino y la liga se detuvo. Un mes después, se dio por finalizada la liga a falta de doce jornadas para el final. Pero no fue la única competición que se tuvo que suspender debido a la guerra. Ucrania y Escocia debían haber jugado el pasado 24 de marzo las semifinales de la repesca del Mundial. Hoy, con la guerra todavía activa, se disputará ese encuentro.

A este encuentro la selección de Ucrania llega en unas condiciones especiales. Al contrario que sus rivales, ellos no se concentraron en la fecha FIFA de marzo. Pero ahora sí llevan ya un mes preparando este partido. Se convocó a los jugadores el pasado 30 de abril y fueron llegando poco a poco. En este mes han estado entrenando en Brdo Castle, la casa de la Federación de Eslovenia de Fútbol. «Este lugar se ha convertido en un verdadero hogar para los azules y amarillos durante un mes, un refugio en tiempos de guerra», comenta la Federación ucraniana.

Durante este mes, la selección ha jugado tres partidos amistosos. Todos ellos sin los 10 jugadores que pertenecen a clubes de fuera de Ucrania (Lunin, Mykolenko, Sobol, Kacharaba, Yarmolenko, Zinchenko, Malinovskyi, Zubkov, Yaremchuk y Sikan) de los 25 de la convocatoria. Estos se han ido incorporando a la concentración según terminaban sus respectivas ligas después de completar su temporada con normalidad. Y los resultados han sido realmente buenos: dos victorias frente a Mönchengladbach y Empoli y un empate ante al Rijeka.

Estos jugadores, que no jugaban con la selección desde el 16 de noviembre, llevan sin disputar un partido competitivo desde mediados de diciembre. Mientras, y con un espacio de tiempo en el que aprovecharon para defender a su país con vídeos de apoyo y peticiones de ayuda internacional, solo han jugado amistosos. El Shakhtar Donetsk ha disputado cinco partidos entre abril y mayo. El Dinamo de Kiev, siete.

En cambio, otros como el Dnipro-1 o el Vorskla Poltava no han jugado y los futbolistas han tomado diferentes caminos. Del primero, el Dnipro-1, los extranjeros se han marchado del país, los ucranianos se han quedado para involucrarse en proyectos de voluntariado y el presidente, Maksym Bereza, se incorporó al ejército como soldado raso. Algunos jugadores aceptaron la opción de marcharse temporalmente a otro club como, por ejemplo, Nélson Monte, un central portugués del mencionado Dnipro-1 que firmó por el Almería. Su compañero, el español Marc Gual, se marchó cedido al Jagiellonia de Polonia. Pero la idea es que vuelvan a su club en el caso de que la guerra termine y se pueda jugar la temporada que viene. El pasado viernes, la Premier League ucraniana se reunió para acordar que esta 2022-23 tenga un reglamento especial. Además, hubo un apoyo unánime a que el Desna y el Mariupol se mantuviesen en Primera a pesar de que la guerra haya destruido sus infraestructuras.

Este partido volverá a servir a Ucrania para recordar a Europa que toda ayuda en el conflicto es poca. Ya se encargó de recordarlo Yaremchuk tras jugar contra el Empoli, partido en el que salieron con banderas de la Unión Europea: «Este país va en la dirección correcta, todos estamos en la UE. Vemos el apoyo de la UE, pero queremos más. Tenemos un invasor muy duro, debemos hacer todo lo posible para que la gente vea que queremos vivir con Europa, desarrollarnos como ellos. Por eso es importante tomar iniciativas como esta».

Por BOSSK

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